lunes, 31 de marzo de 2008

A mil kilómetros...

"Tú y yo somos como dos estrellas detenidas en el espacio, separadas por la distancia y unidas por el recuerdo". (Anónimo)

"1000 Kilómetros"
(Pastora)

Esta noche podría correr mil kilómetros detrás,
de unos brazos abiertos de par en par...
Ábrete, ciérrate y cuando esté dentro...
sujétame...
Ábrete, ciérrate y cuando esté dentro...
apriétame...
Yo no quiero marcharme,
en busca de brazos de cualquiera...
Yo quiero mecerme en tus brazos de seda
y así pasar la noche en vela...
Debo estar... alucinada...
Quiero calmarme y no pensar en nada,
Pero nunca se saben las cosas
que valen la pena...
a veces cuesta...
Si te vas... En tus lagunas,
va y te pierdes...
¿Dónde irán?
Esos brazos tan fuertes que me rodean...
Si te vas...
Me quedo solita y siempre de guasa...
¿Dónde irás?
Si nunca vuelves...
Yo no quiero marcharme...
quiero estar abrazada...
Notar como pincha... tu barba...
Mil kilómetros hasta tu cama...
Debo estar carbonizada...
cada roce enciende una llama...
Pero nunca se sabe las cosas
que valen la pena... queman...
Si te vas... En tus lagunas,
va y te pierdes...
¿Dónde irán?
Esos brazos tan fuertes que me rodean...
Si te vas...
Me quedo solita y siempre de guasa...
¿Dónde irás?
Si nunca vuelves...
Si te vas...
¿Dónde irás?...
Si te vas...
Me quedo solita y siempre de guasa...
¿Dónde irás?
Si nunca vuelves...

En un día tan especial...







sábado, 22 de marzo de 2008

Amigos verdaderos, amigos falsos...

"Unas manos amigas" (Imagen realizada 04/04/2007. Deirdre)

Algo que considero muy importante en mi vida tanto como mi familia son mis amigos y amigas, no sé más bien ellos y ellas también conforman mi familia. Creo que ya una vez comenté que no gozo, ni pretendo gozar, de la simpatía y el cariño de todo el mundo, si eso implica que deje de lado mis principios y mi forma de ser...Ellos y ellas, mis verdaderos y verdaderas, sólo ellos y ellas saben cómo realmente soy y a pesar de todo me soportan, y sin merecerlo tengo el honor de contar con su apoyo, su cariño, sus abrazos, sus sabias palabras sin ser filósofos o un gesto en el momento preciso...Ellos y ellas, únicos y únicas, mis "pilares"...capaces de leer en mi mirada mis pensamientos, mi alegría, mi dolor a veces...


Hoy sólo quiero dar gracias a la vida por poder decir, aunque me venga grande, que cuento con vuestra "AMISTAD". Cada día tengo más claro y valoro más que significa eso y aunque a veces no os lo demuestre, os quiero, sin vosotros y vosotras no "SERÍA" ni "ESTARÍA". Gracias por enseñarme a ser "persona" y dejarme aprender tanto de vosotros y vosotras...


Gracias Evanggelos por permitirme equivocarme sin reproches y por regalarme tu cariño incondicional, tu paciencia, tu templanza y transparencia, gracias Pegasa por enseñarme tu perseverancia y espíritu de lucha, gracias Nebur por mostrarme qué es la valentía, gracias Inmuchi por haberme hecho resurgir y por seguir ahí, gracias Ali por mostrarme el poder de la superación y la independencia, gracias Lolaílo por cubrirme y enriquecerme con tu alegría y nobleza, gracias Obelix por enseñarme a reconocer la generosidad, comprensión y bondad, gracias Pilaruchi por regalarme tu experiencia, gracias Happy Boy por llenarme con tu positividad, gracias M. por haber creído en mí y por enseñarme qué es la autoconfianza...

Disculpad si no he sabido reflejar adecuadamente todo lo que significais para mí...pero necesitaba haceros saber que me llena de vida sentir que tengo a personas como vosotros, mis amigos y amigas, a mi lado y sin merecerlo, porque valoro lo que tengo y la suerte que tengo al contar con vosotros...


"Querida Mathilda:


Ha pasado poco más de un mes desde que planté los nuevos frutales y, a estas alturas, espero exhalar un suspiro de alivio: todas las plantas han arraigado y no cayó ninguna nevada que quemase sus brotes. Estos últimos días también he cambiado de tiesto a mi pequeño pino. ¿Te he hablado de él alguna vez? Hace dos años que lo crío y a estas alturas, para mí, es un poco como la rosa del Principito. Lo sitúo bajo el sol tibio, por la mañana, y lo apartó de los rayos demasiado fuertes en las horas más cálidas; si se levanta un viento fuerte voy rápidamente a ponerlo a buen recaudo, si un insecto planea sobre él, inmediatamente controlo que no se trate de un enemigo.


¿Por qué tanta atención por un arbolito que no llega ni a los veinte centímetros? Por un ausnto muy sencillo: lo he visto nacer. Ocurrió una tarde, mientras jugaba con el perro en el prado: me agaché para coger un palo que le tiraba y lo entreví entre la hierba. No era todavía un árbol, sino sólamente un piñón del que estaban brotando, por un costado, unas piernitas verdes. Lo levanté delicadamente y, observándolo en la palma de la mano, comprendí que su destino no era ir a parar a una tarta de manzanas sino transformarse en un árbol. En el prado, donde pasan los coches y las cosechadoras, su vida habría sido verdaderamente breve, de manera que decidí ayudarlo: cogí un pequeño tiesto, lo llené de tierra fina y puse allí el piñón con el mechoncito verde hacia arriba. Después, durante algún mes me olvidé de su existencia; cuando volví a verlo ya no era una semilla, sino un pequeño árbol, y el tiesto le quedaba estrecho, como le ocurre a un niño que ha crecido demasiado deprisa.


Desde aquel día nació nuestra relación de amor-esclavitud. En otoño iremos a vivir en la casa nueva, lo plantaré en la tierra cerca de la casa, allí algún día él será grande y yo anciana, dará sombra a mi vejez tal como yo la había dado a su infancia, después yo me iré y él seguirá estando alli, sus frondas oscuras cantarán con el viento y, por las noches, hablaremos entre nosotros con el lenguaje silencioso de las almas.


¡Qué don extraordinario son los árboles y cuánto podríamos aprender de ellos con que sólo supiésemos mirarlos, verlos, prestarles el amor y la comprensión que se prestan a los amigos!


Hace algunas semanas, en un bar entablé una nueva amistad. Ya nos habíamos entrevisto muchas veces en el barrio. Después, una mañana, delante de un capuccino, empezamos a hablar las dos y enseguida nació una gran afinidad. Me he sentido siempre fascinada por el misterio que provocan los encuentros. De repente, se cruza una mirada, y, entre aquella mirada y la nuestra, por algún camino misterioso, se crea una ligazón, así como la sensación de que dicha ligazón haya existido siempre y existirá siempre.
También a nosotras dos, ¿te acuerdas?, nos ocurrió lo mismo. En aquel cálido -y ya lejano- anochecer de verano nos vimos y nos "reconocimos"recíprocamente. Poco antes de despedirnos bromeando sobre el color de tu piel, me dijiste: "¡En adelante seré tu sombra!" Y así ha sido y seguirá siendo mientras dure nuestro camino en esta tierra. La amistad es una experiencia de recíproca entrega, en la verdadera amistad no hay relación alguna de interés o finalidad. La amistad se funda en la alegría y en la fatiga, en la fidelidad y en la atención, en el escuchar y en el silencio, en la disponibilidad y en la coparticipación. Es un sentimiento noble y gratuito: gratuito, porque las relaciones que engendran amor no conocen jamás el lenguaje del precio.

Últimamente, sin embargo, en mi vida ocurre una cosa singular: personas a las que apenas he conocido y con las que he tenido un trato episódico y totalmente circunstancial proclaman a los cuatro vientos haber sido mis amigas y, como tales -o supuestamente tales- se vanaglorian públicamente de conocer secretos de mi vida privada. ¡Qué absoluto sinsentido! Mis amigos -los reales- jamás harían semejante cosa porque cultivan, como yo, el don de la discreción y del respeto. Todas mis amistades son personas alejadas de los lugares del poder, personas que viven según un trazado de indagación y crecimiento, personas que a la vida le reconocen un valor distinto del de una simple representación. Aquel que proclama a los cuatro vientos ser "mi amigo" es, por lo tanto, alguien que jamás habría podido serlo porque vive en el poder y en la exaltación narcisista de exhibirlo. Porque lo que me ata a mis amigos -y a ellos a mí- es la valentía de las elecciones, el rigo ético, la coherencia, el silencio y la humildad. Todas cosas ausentes en quienes proclaman "conocerme bien".

Las altas voces de esta clase de personas -aduladores fácilmente convertibles en detractores, siempre presentes en la comedia humana- no son sino los efectos secundarios de la notoriedad. El éxito atúa a menudo como un imán que altera los campos magnéticos de una brujula: repentinamente, el norte se convierte en sur y el sur en norte, las personas menos centradas se marean. Con vértigos es difícil decir algo que sea sensato y entonces se grita a grandes voces la propia amistad -o la propia enemistad-, se inventan y se destruyen relaciones, se lanzan dardos y anatemas, se escucha la propia voz, ebrios de su potencia y de su belleza, dispuestos, como el cuervo de Esopo, a perderlo todo ante la modesta adulación de la primera zorra."

(Fragmento de "Querida Mathilda". Susana Tamaro)








"Cabecita loca" (Amaral)

Me decías cabecita loca
Por seguir mis sueños
Por romper las olas
Me defendía con mis alas rotas
Contra la corriente vuela, vuela mariposa.
Eras mi ángel de la guarda
Sobrevolando mis horas bajas
Eras la música del alba
La lluvia cuando estalla
Sálvame, no me dejes caer
En la tristeza de las noches en vela
Sálvame y yo siempre seré
Tu amiga más fiel que dentro te lleva.
Me decías cabecita loca
Por soñar despierta
Por querer que no amanezca nunca
Tú me decías cabeza loca
Siempre es igual
Siempre mi ángel de la guarda
Sobrevolando mis horas bajas
Eras la música del alba
La lluvia cuando estalla.
Sálvame, no me dejes caer
En la tristeza de las noches en vela
Sálvame y yo siempre seré
Tu amiga más fiel que dentro te lleva.
Sálvame, vuela, vuela mariposa
Eras mi ángel de la guarda
Eras el eco de una voz lejana
Eras la música del alba
La lluvia cuando estalla
Sálvame, no me dejes caer
En la tristeza de las noches en vela
Salvame y yo siempre seré
Tu amiga más fiel
Seré la nieve al caer sobre el mar
sobre la tierra
Cuando el fuego te quema
Sálvame, sálvame.
Para mis Ángeles de la Guarda.

jueves, 6 de marzo de 2008

Cerrando círculos...

"Atardecer estival"
(Imagen tomada desde el Parador de Santa Catalina. Deirdre. 13/08/2006)


CERRANDO CÍRCULOS

(Paulo Coelho )

“Es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría, el sentido del resto. Cierra círculos, o puertas, o capítulos. Como quieras llamarlo, lo importante es cerrarlos, dejar ir momentos que se van clausurando.

¿Terminó con su trabajo? ¿Con la relación? ¿No más en esa casa? ¿Debe irse? ¿La amistad se acabó? Puede pasarse el tiempo "revolcándose" en “por qués”, en rebobinar el casete y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste será infinito porque en la vida, usted, yo, todos y todas estamos abocados a cerrar capítulos, pasar la hoja, terminar con etapas o momentos y seguir adelante. No podemos en el presente añorar el pasado, preguntándonos por qué sucedió, hay que soltar, desprenderse. No puedes ser niño eterno, adolescente tardío, empleado de empresa inexistente, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

A veces es importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, vender o regalar libros. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, desprenderse. En la vida nadie juega con cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, pasar la hoja, vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No espere que le devuelvan, que le reconozcan, que alguna vez sepan quién es usted. Suelte el resentimiento, que lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo. La vida es adelante, nunca atrás.

Si usted anda por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo! Si no, déjelo ir, cierre capítulos.

Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, tres meses, un año, por lo tanto, no hay nada a qué volver.

Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa igual, porque en la vida nada se queda quieto, estático. Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que está en su vida. Nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo es vital, porque cuando vino al mundo llegó sin ese adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar.

Aprenda a desprenderse, humanamente es posible. Sólo es costumbre, necesidad, apego. Cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, sacuda, suelte. Regalo de lunes, un abrazo, Rita. Sigan adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!”



"The power of goodbye" (Madonna)

Your heart is not open so I must go

The spell has been broken, I loved you so

Freedom comes when you learn to let go

Creation comes when you learn to say no

You were my lesson I had to learn


I was your fortress you had to burn

pain is a warning that something's wrong

I pray to God that it won't be long

Do ya wanna go higher?


There's nothing left to try

There's no place left to hide

There's no greater power

Than the power of good-bye
Your heart is not open so I must go

The spell has been broken, I loved you so

You were my lesson I had to learn

I was your fortress

There's nothing left to try

There's no place left to hide

There's no greater power

Than the power of good-bye

Learn to say good-bye

I yearn to say good-bye.



(Traducción) El poder del adiós


Tu corazón está cerrado, por eso debo irme

El hechizo se ha roto, te amé tanto...

La libertad surge cuando aprendes a dejarla ir.

La creación surge cuando aprendes a decir que no.

Eras la lección que debía aprender.

Yo era la fortaleza que debías quemar.

El dolor es la advertencia de que algo anda mal.

Ruego a Dios que no dure mucho.
Quiero llegar a lo más alto


No hay nada más que intentar.

No hay lugar para esconderse.

No hay poder más grande

Que el poder del adiós.


Tu corazón está cerrado, por eso debo irme

El hechizo se ha roto, te amé tanto...

Fuíste la lección que debí aprender

Yo era tu fortaleza.


No hay nada más que intentar.

No hay lugar para esconderse.

No hay poder más grande

Que el poder del adiós.


Aprende a decir adiós.

Anhelo decir adiós.

"Los colores de la lluvia"

(Imagen tomada en el camino de Cazorla a Beas de Segura. Deirdre 22/04/2006)


"Nada espero, nada sé,nada tengo, sólo fe.

Y donde estemos, saber estar;aunque sea ingenuo, no codiciar.

Nunca ceder ante la adversidad.

Quiero tener la alegría del que está en paz.

Mis cadenas he de romper; fuera penas, amargas como la hiel" .

("En mi pecho". El Último de la Fila)