No vale la pena llorar si no tengo aquello que un día me dieron tus besos he de reconocer que quiero pero no puedo y hoy oir hoy, los echo de menos.
No vale la pena seguir insistiendo, siento que estoy malgastando mi tiempo, hablar con la pared o el muro de los lamentos, o luchar contra molinos gigantes de viento.
No vale la pena vivir de recuerdos quedarse sentado en la silla esperando que cambien los tiempos prefiero cambiarlos.
Mirar adelante y buscar un instante para abrir la puerta y salir a buscarle me estará esperando porque nunca es tarde. porque nunca es tarde.
"DESALIENTO"
(Oleo sobre lienzo. Rebello de Toro 1989)
Una vez un amigo me dijo unas palabras de Khalil Gibran:"Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes". Es cierto, quizás sólo haya que mirar hacia adelante y, poco a poco, dejar que el sol vuelva a brillar...
(Imagen "Pensamientos en penumbra" Deirdre. 22/02/2008)
Poema Nº 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
(Pablo Neruda "Veinte poemas de amor y una canción desesperada")
"Si deseas algo con mucha fuerza, déjalo en libertad. Si vuelve a ti, será tuyo para siempre. Si no regresa, no te pertenecía desde el principio" (Una proposición indecente)
A veces dejamos pasar la oportunidad, el momento…pensamos que habrá otro momento para decir lo que sentimos, quizás porque nos hace sentir ridículos, nos da vergüenza decirlo o simplemente nos da miedo…Pensamos que para qué vamos a decirlo, se sobreentiende, pensamos que la otra persona lo sabe, que por nuestros actos está claro… ¿Realmente queda claro? Dicen por ahí que: “las palabras se las lleva el viento” pero también es cierto, que no somos adivinos y que por mucho que se nos note, que se pueda advertir en el brillo de nuestra mirada, tal vez la otra persona necesite escucharlo, simplemente porque al decirlo es como si fuera más auténtico. Podemos creer que es una tontería, pero ¿y si por no decirlo la otra persona piensa que no lo sentimos? Una vez escuché: “lo que no se dice no se sabe” Sabia frase…Nos gusta guardar nuestros pensamientos, sentimientos ¿y entonces…? Si queremos a una persona, si ese sentimiento que despierta en nosotros hace que nuestra mirada sea diferente, que irradie ese brillo especial…si tan sólo el deseo o la ilusión de volverlo a ver nos ilumina el día, nos produce esa inquietud capaz de henchirnos el corazón…Por qué no decir sólo unas palabras para demostrarle que es todo para nosotros…¿Acaso no se merece el mundo…? Pero dado que nos somos dioses y sólo somos simples entes mortales …¿Por qué no decirle que sin sus besos estamos perdidos?.
El tiempo se desliza en el espacio, y nunca podremos volver atrás…Ese instante ya es pasado…Sé que tenía que haberlo dicho, aunque tú no lo hicieras, porque así lo sentía, pero no lo hice…Ahora sé que quizás no hubiera cambiado nada pero no lo hice…Ahora ya no tiene sentido… ¿Fui cobarde?, ¿Fue por orgullo?, ¿Por dignidad?... No lo sé, pero lo sentí…No soy perfecta…Pero también dicen: “nunca es tarde…” y “más vale tarde que nunca”. Por eso, lo voy a decir, no importa lo que piensen, no me da miedo, ni vergüenza, no sé si me hará más o menos digna, pero lo voy a decir…y no porque sea hoy… aunque no lo escuches… porque lo siento así…TE QUIERO.
I LOVE YOU
(Sarah Mclachlan)
I have a smile
Stretched from ear to ear
To see you walking down the road
We meet at the lights
I stare for a while
The world around disappears
Just you and me
On this island of hope
A breath between us could be miles
Let me surround you
My sea to your shore
Let me be the calm you seek
Oh and every time I’m close to you
There’s too much I can’t say
And you just walk away
And I forgot
To tell you
I love you
And the night’s
Too long
And cold hereWithout you
I grieve in my condition
For I cannot find the strength to say
I need you so
Oh and every time
I’m close to you
There’s too much
I can’t say
And you just walk away
And I forgot
To tell youI love you
And the night’s
Too long
And cold hereWithout you
"Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo". (William Shakespeare)
Llegaste con la primavera, sin preguntar, por casualidad, no te esperaba…En el momento en que había dejado atrás los momentos tristes del pasado, en que volvía a acostumbrarme a esta ansiada libertad…Llamaste sigilosamente y cerré la puerta de golpe. Volviste a intentarlo, cada día, despacito, como un susurro…y, a pesar de mis intentos por evitarlo, no puedo negar que me ganaste…De verdad, yo no lo había pedido…No era el momento pero, poquito a poco, conseguiste entrar en mi corazón…Me devolviste la ilusión, la sonrisa a mi cara, el brillo en mis ojos…
Es verdad, ¿para qué engañarnos? Me atrevo a asegurar que ambos sabíamos que quizás no podía ser…Sé que no he sido, ni hubiera sido, la mujer de tu vida y a lo mejor tú tampoco eras el hombre de mi vida pero todo fue tan real, un sentimiento sincero, auténtico…al menos yo así lo experimenté…No sé qué sentiste tú…
A pesar de ser tan diferentes, en algunos aspectos éramos tan parecidos…Y ahora, aún te echo de menos…Anhelo tu forma tan tierna de cuidarme, como a una niña, como "tu princesita” (como una vez me llamaste), siempre tan atento, me has hecho sentirte tan cerca a pesar de la distancia, echo de menos nuestras interminables conversaciones, tu forma de cogerme la mano, tus abrazos, tus besos…
No dejo de preguntarme ¿qué nos faltó?, ¿qué nos sobró?, ¿qué pasó?, ¿por qué? Pero sólo encuentro una respuesta…No podía ser…
Aunque no quiero volver la vista atrás no consigo evitarlo, y es que, a pesar de lo que hemos vivido juntos, quedaba tanto por hacer…una ruta de senderismo, una excursión en moto (que tantas veces me comentaste que te hacía ilusión compartir conmigo), una visita a Toledo, compartir un concierto, un día de compras, celebrar tu cumpleaños, un aniversario, sentir tu cálido abrazo en el frío invierno, observar la llegada de la primavera juntos, el verano otra vez, nuevamente el otoño y también el invierno…Escaparnos a cualquier lugar y comenzar el año juntos, apartados de todo y de todos, solo tú y yo…
Sé que no puedo permitirme derramar estas lágrimas por ti, pero es lo que siento…Aún te echo de menos y no puedo dejar de pensar en que “quedaba mucho por hacer”…
Para M. Gracias por hacerme sentir tan especial…
(Senderismo. Deirdre 30/04/2006)
Del bosque de tu alegría
Porque de ti volví a aprender el nombre de las cosas.
Porque de ti volví a aprender lo necesario.
Pan, casa, destino, camino.
De ti volví a aprender. Del bosque de tu alegría.
De manos de tu sereno misterio.
Quedaba mucho por hacer:
arreglar la huerta, hablar con los perros,
pasear por las orillas del otoño.
Quedaba mucho por hacer.
Quedaba mucho.
Porque de ti volví a aprender lo necesario.
A prescindir de lo inútil, que nada es precario.
Del brillo de tus ojos a disfrutar el tiempo lento.
Y cuatro cosas útiles de tu gesto cierto.
Y muchas cosas más de ti aprendí.
Y quedaba mucho por hacer.
A tirar el lastre, de eso que es la existencia.
Del tráfico, del peso de los lunes.
Gris, cielo, hoguera, camino.
De películas malas.
A robarle el tiempo al minutero,
que los relojes matan el tiempo.
Quedaba mucho por hacer:
recoger los sueños en las noches frías
como cuando no hay peces recojo las redes vacías.
Quedaba mucho por hacer.
Quedaba mucho.
Aprendí a sumar lo lógico y lo incierto.
A poner la mesa.
Aprendí a tolerar la presencia necesaria de las arañas.