(Imágenes de la película "Olvídate de mí")
Llegaste con la primavera, sin preguntar, por casualidad, no te esperaba…En el momento en que había dejado atrás los momentos tristes del pasado, en que volvía a acostumbrarme a esta ansiada libertad…Llamaste sigilosamente y cerré la puerta de golpe. Volviste a intentarlo, cada día, despacito, como un susurro…y, a pesar de mis intentos por evitarlo, no puedo negar que me ganaste…De verdad, yo no lo había pedido…No era el momento pero, poquito a poco, conseguiste entrar en mi corazón…Me devolviste la ilusión, la sonrisa a mi cara, el brillo en mis ojos…
Es verdad, ¿para qué engañarnos? Me atrevo a asegurar que ambos sabíamos que quizás no podía ser…Sé que no he sido, ni hubiera sido, la mujer de tu vida y a lo mejor tú tampoco eras el hombre de mi vida pero todo fue tan real, un sentimiento sincero, auténtico…al menos yo así lo experimenté…No sé qué sentiste tú…
A pesar de ser tan diferentes, en algunos aspectos éramos tan parecidos…Y ahora, aún te echo de menos…Anhelo tu forma tan tierna de cuidarme, como a una niña, como "tu princesita” (como una vez me llamaste), siempre tan atento, me has hecho sentirte tan cerca a pesar de la distancia, echo de menos nuestras interminables conversaciones, tu forma de cogerme la mano, tus abrazos, tus besos…
No dejo de preguntarme ¿qué nos faltó?, ¿qué nos sobró?, ¿qué pasó?, ¿por qué? Pero sólo encuentro una respuesta…No podía ser…
Aunque no quiero volver la vista atrás no consigo evitarlo, y es que, a pesar de lo que hemos vivido juntos, quedaba tanto por hacer…una ruta de senderismo, una excursión en moto (que tantas veces me comentaste que te hacía ilusión compartir conmigo), una visita a Toledo, compartir un concierto, un día de compras, celebrar tu cumpleaños, un aniversario, sentir tu cálido abrazo en el frío invierno, observar la llegada de la primavera juntos, el verano otra vez, nuevamente el otoño y también el invierno…Escaparnos a cualquier lugar y comenzar el año juntos, apartados de todo y de todos, solo tú y yo…
Sé que no puedo permitirme derramar estas lágrimas por ti, pero es lo que siento…Aún te echo de menos y no puedo dejar de pensar en que “quedaba mucho por hacer”…
Para M. Gracias por hacerme sentir tan especial…
(Senderismo. Deirdre 30/04/2006)
Del bosque de tu alegría
Porque de ti volví a aprender el nombre de las cosas.
Porque de ti volví a aprender lo necesario.
Pan, casa, destino, camino.
De ti volví a aprender. Del bosque de tu alegría.
De manos de tu sereno misterio.
Quedaba mucho por hacer:
arreglar la huerta, hablar con los perros,
pasear por las orillas del otoño.
Quedaba mucho por hacer.
Quedaba mucho.
Porque de ti volví a aprender lo necesario.
A prescindir de lo inútil, que nada es precario.
Del brillo de tus ojos a disfrutar el tiempo lento.
Y cuatro cosas útiles de tu gesto cierto.
Y muchas cosas más de ti aprendí.
Y quedaba mucho por hacer.
A tirar el lastre, de eso que es la existencia.
Del tráfico, del peso de los lunes.
Gris, cielo, hoguera, camino.
De películas malas.
A robarle el tiempo al minutero,
que los relojes matan el tiempo.
Quedaba mucho por hacer:
recoger los sueños en las noches frías
como cuando no hay peces recojo las redes vacías.
Quedaba mucho por hacer.
Quedaba mucho.
Aprendí a sumar lo lógico y lo incierto.
A poner la mesa.
Aprendí a tolerar la presencia necesaria de las arañas.
Aprendí a soportar sólo lo soportable.
Y quedaba mucho por hacer,
rechazar el tedio, luchar contra él.
Y quedaba mucho por hacer.
Limpiar de malas hierbas el prado,
arrancar las rejas y cercados.
Hacer montones: perros con gatos.
Hacer montones: soles y estrellas.
Borrar las señales de vuelo
para que los pájaros sean dueños del cielo.
Y quedaba mucho por hacer...
Y quedaba mucho por hacer...
Y quedaba mucho por hacer...
Y quedaba mucho por hacer...
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